Cualquiera que me conozca sabe que soy una amante de los gatos. Durante estos últimos años he tenido tres: una se llama Luna, a la que definiría como "nunca se es suficientemente mala gata con los humanos".
Otra fue la Negri, a la que definiría como "me gustan los humanos para un rato, dejadme en paz" y finalmente la "Gordi" (originalidad ante todo, sí) cuya máxima es "Caricias y comida, feliz todo el día"
Así que bueno, conozco la dinámica de vivir con gatos. Por eso quiero hablar de cómo es la vida de un escritor con estos pequeños animalitos de por medio. Hay que tener en cuenta que muchos escritores son amantes de los gatos, y yo estoy empezando a pensar que son ellos los que dan la fama a todo escritor, ya que nos ayudan a muchas cosas. Como por ejemplo, ¿A qué?
1. TE DEJAN SOLO CUANDO TÚ QUIERES COMPAÑÍA

2. SE SIENTAN CERCA Y TE MIRAN
Los escritores solemos ser tímidos, o mejor dicho, no nos gustan que nos vean trabajar. Por lo menos ese sector de escritores que tenemos gatos. Nos gusta sentarnos delante de nuestro portátil/máquina de escribir/papel y lápiz/escriba contratado y dejar fluir nuestras emociones. Entonces, ¿Cómo te puede ayudar un gato? Bueno: hay veces que los gatos, en vez de querer huir de ti, pues les gusta sentarse cerca, mirarte, o ponerse detrás del portátil y jugar con el celo que tienes en la cámara, que en ese momento es el mejor juguete que ha criado la tierra gatuna para ellos. Esta mirada llena de amor - y de desinterés por tu persona - hace que no despegues la vista del ordenador y que curres mucho más, ya que eres evaluado por algo más fuerte que un editor: tu gato.
3. SE TUMBAN SOBRE TU MÓVIL
¿Y qué mejor forma de evitar perder el tiempo en las redes y en Whatsapp que un gato tumbado sobre el móvil? Es tan mono y tan cuco que no lo vas a mover. Y él está calentito, o sabe que de, alguna forma, te está jodiendo ayudando a que escribas un bestseller.
4. SUS LOCURAS ELIMINAN EL BLOQUEO DE ESCRITOR
Imagina: son las dos de la noche, llevas escribiendo cuatro horas, estabas inspirado, pero ahora te enfrentas a la hoja en blanco, no sabes cómo seguir la historia, tu personaje se ha cruzado de brazos y espera, como los 300 de Leónidas. Entonces te levantas, hastiado, y sabes que ya no hay vuelta atrás, que toca ir a dormir.

5. LES PUEDES ACARICIAR. MUCHO
Y dirás, "Vale Marta, esto ¿A qué narices ayuda al escritor? Y yo que sé. A veces pierdes tiempo acariciándole y profundizas en la novela, te evades del mundo real para acariciar ese pelo tan suave, y escuchas ese ronroneo tan ayayayayayayayaya y, ¿Por dónde iba? ¿Qué es esto que estoy escribiendo?
6. SE SIENTAN SOBRE TUS CORRECCIONES

Decides imprimir parte de tu novela para coger el bolígrafo rojo y hacer algo muy macabro, que es corregir, quitar trozos, destrozar la idea original, desprestigiar a tu "yo" escritor del pasado y demostrarle que eres mejor... pero tu gato se ha tumbado encima. Seguramente ha mirado el móvil y la pila de fotos y ha decidido que eso parece muy cómodo. Si no decide comenzar a comerse las hojas. (Mi gato lo ha hecho) (En serio)
7. SACAN TUS TENDENCIAS MACABRAS EN LA LITERATURA
Los gatos regalan pájaros muertos. Mi gato me sube saltamontes, los deja en el suelo, y mira cómo se mueven, para atizarles y hacerles agonizar. Se sienta delante, sin expresión, y mira al pobre bicho hasta que este se mueve ligeramente, supongo que para huir, y de nuevo se convierte en el mejor juguete. ¿Quién no puede inspirarse de la manera más sanguinaria con eso delante?.
8. PISAN EL TECLADO
De nuevo me preguntarás... ¿Y esto para qué ayuda al escritor? Bueno, es una forma de vencer el bloqueo del escritor. Dejas que tu gato se mueva por el teclado - o aunque no le dejes va a hacerlo... - y ya verás qué buenas ideas te va a dar para crear un lenguaje que sea un híbrido entre orco, lenguaje de dragones hipopótamos y enanos.
¿En conclusión? Ni rutinas, ni estrategias, ni nada; un gato es lo que te va a catapultar a la fama, a escribir mucho y muy bien.
¿Tienes gato? Cuenta aquí tus experiencias con él. ¿No lo tienes? No sé qué a esperas para adoptar: hay muchos mininos que solo quieren amor y ahí están, ¡esperando!
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